L'animation culturelle au cœur d’enjeux organisationnels, identitaires et citoyens
synthèse des conférences prononcées en ateliers en ateliers lors du 4e colloque international sur l’animation culturelle, Université du Québec à Montréal, Montréal, 2009
DOI:
https://doi.org/10.55765/atps.i1.86Resumen
A pesar de la diversidad de prácticas e enfoques utilizados, el objetivo común de los animadores culturales es de favorecer un cambio para vivir mejor en conjunto. La función de los animadores consiste en crear una dinámica de intervención forjando puentes entre los actores culturales, los ciudadanos y el mundo político. Estas acciones facilitaran el desarrollo individual de cada ciudadano y les permitirá convertirse en un actor social en su comunidad. La animación puede favorecer a distintos grupos sociales, estableciendo proyectos que les permitirá participar en la construcción de una mejor sociedad. No importa con quien él interviene, el animador tendrá que tener un conocimiento amplio del territorio de acción y de las culturas locales. Para esto es indispensable que una experiencia práctica pertinente complemente la formación teórica. El animador tiene que ser imaginativo puesto que la creatividad es su modus operandi. En efecto, la animación se ve como una práctica que utiliza distintas maneras innovadoras teniendo como fin desarrollar la creatividad de cada individuo o de una población. Por lo tanto la animación puede ser descrita como la capacidad de crear e innovar juntos.